Honduras. Con un anzuelo introducido en su cuerpo, un tiburón martillo murió en la comunidad de Sandy Bay, Roatán, y fue hallado el lunes, aún con la sangre sobre el. Especialista explica que hay artes de pesca en el Caribe hondureño.
Su nombre científico es Sphyrna Mokarran, y es una especie con peligro de extinción. El mar Caribe hondureño está declarado común santuario para ellos, por lo que su pesca es prohibida.
De tal forma, que al conocer el caso de su muerte, Tiempo Digital se comunicó con un especialista. Se trata de Ian Drysdale, un ingeniero ambiental e instructor de buceo que conoce el Océano Atlántico.
Por ende, el experto inició enfatizando que los tiburones «no son agresivos». Incluso al tiburón blanco «no le gusta el ser humano porque es grande y tiene mucho hueso», pero esté último se confunde cuando ve a algunos humanos en la superficie del agua.
Asimismo, explica que en el país hay diferentes tipos de especies. «Lo más bonito de estar buceando es verlos. Hasta en Tela andan tiburones». Hay que aclarar que no están muy cerca de las playas, sólo se trasladan de un lugar a otro como reyes del mar. Incluso, «hay gente que paga por ir a verlos».
Más responsabilidad
Pero… ¿que pasó con el que falleció? ¿Por qué un animal tan inofensivo tiene que llevar en su cuerpo, que crece aproximadamente hasta ocho pies de longitud, un cordel con una punta asesina?.
Ante esto, Ian nos revela que existen los «artes de pesca fantasmas», que consiste en un anzuelo con línea o varios anzuelos. También puede ser una red o varias redes. El nombre en general es Arte de pesca. Por consiguiente, denuncia que estos artefactos son dejados por algunas personas en el agua.
«Lo que sucede es que a un pescador se le rompe la línea o el anzuelo y lo tira en el mar. Y este instrumento de pesca sigue pescando aunque el ser humano no lo use y quedan atrapados. Pero un pescador irresponsable es el que deja sus artes de pesca en el agua», señaló Ian.
En otras palabras, esa indumentaria se le introducen a diferentes animales o, en el caso de las mallas, quedan atrapados y ya no pueden sobrevivir. Por lo antes señalado, es posible, aunque no comprobado, que eso sucedió con el tiburón martillo. Además, pueden herir a un ser humano, ya que miden hasta siete pulgadas.
¡Crueldad! Tráfico de aletas de tiburón
Ian cuenta que en el Caribe hondureño se ve el tiburón gris, el limón, el tiburón tigre; y repite que no atacan. Algunos simplemente viajan desde Canadá hasta la Tierra del Fuego, en Argentina (Suramérica) o viceversa. Aunque es claro que algunas especies prefieren las aguas cálidas más que las frías.
Por lo tanto, denuncia que el «problema es la gente que sigue matando a otras especies». Ya sea por dejar sus anzuelos o por la venta de aletas de forma ilegal.
Es importante reconocer, que la extinción del pez martillo puede suceder debido a la pesca. «Hay varios que son atrapados», luego les quitan las aletas porque se consumen en sopas en «el mercado de China», denunció Drysdale, quien es coordinador para Honduras de la Iniciativa Arrecifes Saludables.
En consecuencia, los tiburones se vuelven el blanco de pescadores sin conciencia que les quitan esa parte de su cuerpo y los dejan vivos. Por lo que caen ensangrentados al fondo del océano. Al pasar el tiempo, mueren por las heridas y el hambre, ya que no se pueden mover más.
Por otra parte, el hondureño aseguró que en La Ceiba hay personas que han denunciado la existencia de traficantes de aletas que son enviadas al país asiático. Esta es una acción prohibida por la Ley y pide a las autoridades de la Fuerza Naval y actores como Digipesca que investiguen.
Otro factor que está causando mucho daño es la tala de manglares. Esto, porque estos animales acuáticos necesitan de ellos y de los pastos marino, una especie de grama en el fondo del mar, para alimentarse.