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viernes, noviembre 22, 2024

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TEGUCIGALPA. «El mundo carece de vida por el hambre, por la violencia», expresó este domingo el cardenal Óscar Andrés Rodríguez, durante la homilía celebrada en la iglesia catedral metropolitana San Miguel Arcángel de Tegucigalpa.

En cardenal agregó que el mundo carece de vida «por las políticas injustas respecto a los migrantes”. El prelado también cuestionó la necesidad compulsiva del consumo desenfrenado para ahogar sin éxito la angustia.

En ese contexto, el párroco pidió a las familias ser escuelas del amor, el perdón y la gratitud. Asimismo solicitó a los hondureños que destierren la aspereza y la maldad para privilegiar el diálogo.

«En nuestra sociedad es muy fácil pasar ignorando a Dios, no haciéndole caso, no teniéndole en cuenta en nuestras vidas. Sin embargo, sin Dios en el corazón estamos como perdidos», expresó el cardenal.

Asimismo, Andrés Rodríguez dijo que si Dios desaparece de nuestro horizonte, la vida humana desaparece. «Dios es aquel que motivó nuestra existencia por eso existimos y que nos sigue motivando”, enfatizó el prelado.

Añadió que sin Dios se está como en el vacío. “La necesidad compulsiva del consumo desenfrenado para ahogar sin éxito la angustia y el sin sentido de muchas vidas, sin Dios no sabemos ni de dónde venimos ni hacia dónde vamos. No encontramos sentido para la vida”.

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En un callejón sin salida

En su intervención en la homilía, el cardenal preguntó cuántas personas están en un callejón sin salida, completamente aplastados por los problemas.

Por lo anterior, el cardenal citó un pasaje de la biblia donde un profeta agobiado y cansado le pide a Dios que le quite la vida, pero el Señor le envía un ángel que le da el alimento. con el que continuó caminando y ese alimento es la Santa Eucaristía.

Prosiguió el cura y dijo que quien cree en Dios tiene vida eterna, que no solo significa una vida de duración ilimitada aún después de la muerte, no, es la experiencia profunda de sentirse pleno.

Acotó que solo aquel que ha entablado una relación vital con Jesús, una relación de amor con Jesús logra una vida plena y el que come de ese pan, vivirá para siempre, solo el que come de Jesús, no muere.

El purpurado aludió el evangelio de Juan, donde refirió que Dios ofrendó su carne para que el mundo viva, y por qué para que el mundo viva. La expresión anterior significa, según el cardenal, que el mundo carece de vida.

«Nos damos cuenta de que el mundo carece de vida por el hambre, por la violencia y por las políticas injustas respecto a los migrantes», reiteró Rodríguez.

Añadió que todos podemos comprender que la presencia de un amigo nos alimenta y nos da vida y Jesús es ese amigo que nos despierta hacia la vida a través de su presencia.

Mes de la familia

El cardenal, durante la homilía, se refirió que estamos en el mes del matrimonio y de la familia.

«San Pablo dice: destierren la aspereza, el maltrato, el trato burdo, la ira, la indignación, los insultos, la maleficencia, la maldad, hay trabajo que hacer para que la familia sea verdaderamente un lugar de amor, de comprensión y bondad», dijo el párroco.

El arzobispo de Tegucigalpa pidió que a los hondureños “sean buenos y comprensivos, perdónense los unos a los otros como Dios nos perdonó. El papa Francisco nos recordaba tres verbos, amor, perdón y muchas gracias”.

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