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CORTÉS, HONDURAS. Una muchacha alegre, amable y con muchos sueños, así es como describen a Andrea Yamileth Cano Rosales, jovencita universitaria que fue ultimada en un «rapidito», ayer, martes, en la ciudad de San Pedro Sula. 

El padre de la joven dijo unas desgarradoras palabras a medios de comunicación y aseguró que “mi hija tenía muchos sueños, no merecíamos esto”.

El acongojado padre relató que la última vez que vio a su hija fue el martes a las 6:00 a.m. y cariñosamente se despidió de ella como siempre lo hacía.

Además, reveló que Andrea estaba de cumpleaños el lunes y el día de su trágica muerte le iban a partir un pastel en su casa.

“Yo no pido justicia terrenal, pido justicia divina, la justicia de Dios es mejor todavía y la única que puede hacer la diferencia. No merecíamos esto y si hubiéramos hecho algo lo aceptaríamos”, expresó Cano.

El padre reiteró que su hija “estaba preparándose, estudiando, acababa de pagar una colegiatura de clases de inglés a las que iba cuando la mataron”.

“Ella trabajaba conmigo en la fabricación de muebles y estaba cursando la carrera de ingeniería en sistemas en la universidad”, indicó el padre de la joven Andrea.

Cano estaba en compañía de su otra hija, quien se salvó de morir en el tiroteo. Él dijo que había criado a sus hijas, ya que la madre se encontraba en otro lugar.

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Hechos 

De acuerdo con los testimonios, Andrea salió de su casa a eso de las 6:00 de la mañana, para recibir unas clases de inglés e iba acompañada de su hermana.

Las muchachas abordaron el “rapidito” en la colonia Central, del sector Rivera Hernández.

Ambas iban en el asiento delantero del bus a la par del conductor. Al llegar al desvío que comunica con el «Bulevar del Este», el motorista para salir más rápido a esa vía se metió a una gasolinera.

Cuando el chófer hizo el alto para ingresar al bulevar, se le puso a la par una motocicleta, de la cual se bajó un hombre que le disparó con una pistola.

Las muchachas al percatarse de la acción del sujeto intentaron rápidamente bajarse del bus. Sin embargo, Andrea no logró salir a tiempo y una bala impactó en su cabeza. Su cuerpo quedó cerca de la puerta del pasajero. Su hermana se salvó de morir y logró salir del automotor.