REDACCIÓN. A medida que se crece los signos de envejecimiento se hacen presentes a todos los niveles; pero no en todas las personas se manifiestan igual.
Hay dos lugares donde la vejez es más evidente, ya que son más visibles: la piel y los dientes.
Aunque es imposible evitar del todo la aparición de arrugas o caries, se puede hacer un esfuerzo para que la piel y dientes se mantengan en buena salud y, por tanto, parezcamos más jóvenes.
Para mantener la piel sana y brillante, y los dientes blancos y en su sitio, no basta con usar cremas y dentríficos. Es necesario cuidar la alimentación así como el estilo de vida.
Lo que comemos afecta a la dermis y dentadura de una forma determinante y, si bien el consumo ocasional de uno u otro alimento no tiene un impacto significativo, si se nota un claro rejuvenecimiento al mantener una dieta en conjunto saludable. Estos son los siete alimentos a evitar si se quiere tener un aspecto mucho más juvenil.
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Dulces
El consumo excesivo de azúcar ocasiona en el cuerpo un proceso conocido como glicación, directamente relacionado con el envejecimiento. Al momento de consumir más azúcar de la que se puede procesar ésta se combina con proteínas, creando los “productos de la glicación avanzada” que, entre otros efectos perniciosos, dañan el colágeno de la piel, la proteína que mantiene ésta firme y saludable.
El azúcar, como todo el mundo sabe, también tiene un importante impacto en los dientes ya que su consumo acelera la aparición de caries.
Alcohol
Un hígado saludable garantiza una piel saludable. “Cuando tu hígado funciona bien, las toxinas que podrían dañar a tu piel son expulsadas de forma natural”, explicó el doctor Ariel Ostad, miembro de la Academia Americana de Dermatología en la revista Health. “Pero si las toxinas se acumulan en el hígado, y no se descomponen correctamente, tu piel puede desarrollar un buen número de problemas, como acné, palidez y arrugas”. El consumo excesivo de alcohol, además, puede influir en la aparición de rosácea.
El alcohol tiene por tanto un efecto directo sobre la salud de la dermis; pero su consumo excesivo, además, está asociado con la deshidratación y la falta de sueño, que también afectan negativamente.
Vino blanco
Aunque el vino blanco entra dentro de la categoría “alcohol” se merece un espacio aparte debido a lo especialmente dañino que es con los dientes. Si bien el vino tinto deja la boca morada, el blanco es mucho peor para la dentadura, pues los ácidos que contiene dañan enormemente el esmalte y hacen que aparezcan con más facilidad manchas.
Lo que nunca se debe hacer después de beberlo, u otros alimentos que dañen a los dientes como los dulces, es lavar los dientes. Parece un contrasentido, pero al cepillarse justo después de comer el efecto del ácido será mayor. Se debe dejar que la saliva actúe disminuyendo la acidez de la boca, para cepillar esta al menos una hora después de comer.
Carne carbonizada
Los médicos han alertado en numerosas ocasiones de la peligrosidad de las sustancias que se forman en la carne cuando se cocina con altas temperaduras, en barbacoas y parrillas. Esa parte carbonizada de la panceta, además de ser cancerígena, puede afectar de forma negativa a la piel.
Comidas saladas
Un consumo excesivo de sal puede hacer retener agua, lo que provoca hinchazón en la piel y, por ejemplo, ojeras. Los efectos de una dieta con demasiada sal comienzan a notarse con los años, la piel pierde firmeza y gana flacidez. Para evitar esto no sólo se evitar consumir demasiada sal y hay que hidratarse correctamente.
Carnes procesadas
Las carnes procesadas, como las salchichas, el bacón o los embutidos, aparte de ser las más grasientas y calóricas, son las que más afectan la piel.
“Muchas de estas carnes tienen sulfitos y otros conservantes que pueden disparar la inflamación de la piel y acelerar su envejecimiento”, explicó el doctor Ostad. Además, suelen tener un alto contenido en sal, por no hablar de la relación que guardan con la aparición de problemas cardiovasculares y cáncer.
Cafeína
Según explica en un comunicado la Academia Española de Dermatología y Venereología, el consumo excesivo de cafeína (más de 3 o 4 tazas de café al día), provoca un aumento de los niveles de cortisol,la conocida como hormona del estrés, lo que acelera el proceso de envejecimiento de la piel, “adelgazando” esta. Cuanto más delgada es la piel, más propensa es a las arrugas, la deshidratación y la apariencia opaca.