SALUD. Que tus heridas cicatricen rápidamente parece una tarea imposible y larga, sin embargo, si tomas algunos consejos digestivos obtendrás resultados más inmediatos y certeros.
Ayuda a que tus heridas cicatricen más rápido con el consumo de los alimentos que a continuación te daremos.
Proteína: pollo, lácteos, huevos y pescado
Son alimentos esenciales por estar involucradas de manera directa en todas las fases que componen la cicatrización. Además, intervienen en la formación del tejido preciso para que la herida se cierre, proporcionan glutamina y arginina -esenciales para la correcta reparación de la piel y los músculos-, y contribuyen al fortalecimiento del sistema inmunológico. Por tanto, si consumimos una cantidad insuficiente de este macronutriente, la respuesta inflamatoria será inadecuada y la síntesis de colágeno se verá afectada. ¿Cuál es la proporción? Aunque varía en función de la edad, lo ideal son tres o cuatro raciones al día. La carne de ternera, pavo y pollo, los lácteos, los huevos y el pescado son una excelente fuente.
Hidratos de carbono: cereales, patatas y arroz
Este macronutriente ayuda a suministrar la energía que nuestro cuerpo necesita para llevar a cabo el proceso de cicatrización. Por tanto, es conveniente crear un reservorio de energía suficiente para ayudar al organismo en la reparación de los tejidos y, al mismo tiempo, mantener el índice glucémico alto. El pan y los cereales integrales, las patatas, la pasta o el arroz son los principales proveedores.
Omega 3: Mariscos, brócoli y nueces
Estos ácidos grasos desarrollan una labor sumamente importante, en tanto que reducen la inflamación, producen una mejora de la función inmune de nuestro organismo e incluso disminuyen la tasa de infección. ¿Cuáles son los alimentos más ricos en omega 3? Los pescados, como el salmón, la trucha, las sardinas, las anchoas, el besugo o el rodaballo; las nueces, el brócoli, las semillas de chía o las de calabaza.
Vitamina K: Frutos secos, kiwi, Higo y uvas
Es coadyuvante de la coagulación de la sangre, de la prevención de hemorragias y, por tanto, de la correcta cicatrización. Además, evita la aparición de infecciones. Entre los alimentos ricos en vitamina K destacan las verduras de hoja verde, como las espinacas, la lechuga, la col rizada, el brócoli, los espárragos o las endivias; los aceites vegetales, en particular el de soja, colza y oliva; frutas, siendo las mayores proveedoras el kiwi, el higo y las uvas; y los frutos secos, especialmente las ciruelas secas, los anacardos, los piñones y los pistachos.
Hierro: Hígado, lentejas y garbanzos
Este mineral es vital para la formación de hemoglobina, el mantenimiento de la salud de las células sanguíneas y el transporte de los nutrientes a la herida. Así, en el hígado, las lentejas, los guisantes, la yema de huevo y los garbanzos son excelentes aliados para el mantenimiento de los niveles vitamínicos.
Agua
Ingerir abundante agua es primordial para mantener nuestros niveles de hidratación a punto, la oxigenación y también para evitar que la herida se torne crónica, pues la piel es más frágil y propensa a roturas.
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