CORTÉS, HONDURAS. Ya pasaron cuatro días desde que el empresario Roberto Contreras dio inicio a su huelga de hambre, exigiendo al Gobierno y a la Empresa Energía Honduras (EEH) que detengan los abusos en contra de los usuarios del servicio eléctrico.
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Desde el lunes hacia hoy, todas las mañanas Roberto Contreras se dirige al frente de uno de sus restaurantes en San Pedro Sula para continuar con su huelga, y siempre lo acompañan defensores de derechos humanos y otros ciudadanos que se unieron a su causa.
Periodistas de diferentes medios de comunicación de la zona norte dan cobertura a la evolución de su estado de salud y apariencia física conforme pasan los días. Según sus palabras, «no sé cuánto va a durar» la huelga.
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Usualmente él permanece sentado en una silla que saca del comedor de su propia franquicia, debajo de una pequeña galera en la entrada principal del restaurante, rodeado de cinta para acordonar y con un libro o una revista en sus manos. Pero hoy no fue el caso…
¡Tópela, don Roberto!»
Esta vez, varios garifunas, – etnia orgullosamente hondureña, cuya cultura es patrimonio de la humanidad desde el 2004, UNESCO -, llegaron hasta el lugar donde Contreras se ubica y con sus tambores, al ritmo de la punta, hicieron más amena su huelga e incluso lograron que él bailara con ellos.
Fue así como el empresario, por al menos unos segundos, mostró sus ‘dotes’, mientras las personas a su alrededor (todos con mascarilla) le aplaudían, para luego animar a alguien más a que participara.
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