SAN PEDRO SULA. Una primera mitad entre Marathón y Platense en la que el árbitro Héctor Murillo dejó mucho que desear.
Un partido con muchas faltas y parecía que al referí perdía el control del juego.
Pero la que provocó más controversia se dio al 32´de la primer parte, una patada descarada de Luis Castro sobre un juvenil de Marathón.
La falta sobre Henry Romero se dio dentro del área rival, un clarísimo penal a favor de los verdes y expulsión para Cstro, pero Murillo pitó tiro de esquina.