TEGUCIGALPA, HONDURAS. Una niña de solo dos años quedó huérfana luego de que su madre, una devota joven de 22 años, falleció tras un nuevo episodio de violencia registrado en la carretera que conduce a Yaguacire.
«¡Ay, mi muchachita!», clamó una mujer cuando caminaba hacia el perímetro, rodeado de militares y policías, quienes preparaban la cinta amarilla para resguardar la escena donde yacía el cuerpo sin vida de Maryori Michell Mejía Castillo.
La fémina lanzó un alarido indescifrable de lamento al observar el cadáver. En su cabeza sostenía la esperanza de encontrar a su pariente sana y salva, luego de que desconocidos la raptaron de su propia casa de habitación.
«No se pusieron a pensar que tenía una bebé», dijo entre sollozos otro familiar en la escena, diciendo a su vez que la occisa era sana, no andaba en cosas malas y casi no salía de su hogar.
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«¿Por qué tiene que haber gente tan mala?» se escuchó en medio de los llantos. Era la abuela de la fallecida, quien relató que justamente durmió a su lado hasta que los presuntos criminales irrumpieron con armas en sus manos.
Asimismo, contó que Maryori Michel fue ayer a la iglesia, lugar al que iba con frecuencia. Su abuelita la esperó hasta que llegó, para así acostarse juntas, sin saber que sería el último momento que compartirían.
La abuela aseguró que ella nunca le comentó que tuviese problemas, amenazas o alguna situación que representara un peligro.
Una vecina calificó a la víctima como una persona muy buena. «Se llevaba bien con uno, para qué», comentó. Mientras que otra vecina acotó que era «bien tranquila».
Pese al dolor que les embarga, no piensan en venganza o en que los hechores sufran un escarmiento. «Se lo dejamos a Dios, él sabrá lo que hará», dijo uno de los tíos, quien fue apuntado por los criminales justo antes de que se llevaran a la mujer objetivo.
El hecho
Maryori Michel, según el relato de familiares, fue raptada por unos cinco hombres armados de su casa de habitación; fue en el transcurso de la madrugada de hoy que se la llevaron de su hogar en la colonia Villeda Morales de la capital.
Uno de los parientes contó que todos estaban dormidos cuando, de repente, escucharon como los supuestos criminales patearon la puerta. Mencionó que él les preguntó que quiénes eran y ellos respondieron exigiéndole -con palabras soeces- que abriera el acceso.
Prosiguió diciendo que, como la puerta tiene tres pasadores, los intrusos vieron que no se podía abrir. Por tanto, decidieron probar por la parte de atrás, donde fueron capaces de derribar la estructura.
«Me tiraron al suelo, apuntándome. Ella (Maryori Michel) salió preguntándome qué ocurría y uno de ellos le contestó ‘Ah, aquí estás, a vos es que te buscamos‘ y se la llevaron», recordó el apesarado hombre.
Asimismo, el testigo subrayó que todos los supuestos responsables traían puesto un pasamontañas en su rostro y chalecos antibalas.
Los allegados se apostaron frente a la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) pidiendo apoyo a las autoridades y pedían piedad a los captores. Sin embargo, después se sumieron en consternación tras el mortal hallazgo.
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