El aceite de semilla de frambuesa roja es un producto natural cuyas propiedades se aprovechan para el cuidado de la piel. Se destaca por su abundante contenido de ácidos grasos, compuestos antioxidantes y micronutrientes.
En particular, y como lo detalla un artículo publicado en Journal of Agricultural and Food Chemistry, aporta tocoferoles, carotenoides y otros componentes antioxidantes que ayudan a inhibir la acción negativa de los radicales libres. Asimismo, actúa como hidratante y mantiene la elasticidad.
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¿Cómo se extrae el aceite de semilla de frambuesa?
El aceite de semilla de frambuesa se extrae a través de un proceso de prensado en frío de la pulpa del fruto de la frambuesa (Rubus idaeus). No se debe confundir con el aceite esencial de frambuesa que se emplea en aromaterapia, ya que su composición es diferente.
Una vez recolectadas las frambuesas, se ponen a secar y se machacan para desintegrarlas o volverlas polvo. Luego, se prensan y se obtiene un líquido de color verde con un aroma similar al de las fresas. Una vez almacenado, el color del aceite puede pasar de verde a amarillo claro.
Composición del aceite de semilla de frambuesa
Los beneficios del aceite de semilla de frambuesa se atribuyen a su concentración de nutrientes y compuestos bioactivos. Según información recopilada en Food Chemistry, esto abarca lo siguiente:
- Ácidos grasos omega 3, 6 y 9
- Ácido elágico
- Vitamina E
- Carotenoides (vitamina A)
- Polifenoles.
Ahora bien, dichas sustancias le confieren interesantes propiedades que se aprovechan tanto en cuestiones de salud como en estética. En concreto, actúa como antiinflamatorio, antioxidante y antibacteriano. Además, es no comedogénico, es decir, humedece el rostro sin obstruir los poros.
Beneficios y usos del aceite de semilla de frambuesa
Debido a su riqueza en nutrientes, el aceite de semilla de frambuesa se aprovecha en la industria cosmética para potenciar los beneficios de productos como champús, cremas hidratantes y lociones, entre otros. Sus principales usos y beneficios tienen que ver con el cuidado de la piel.
Contribuye a prevenir el envejecimiento prematuro
La concentración de antioxidantes del aceite de semilla de frambuesa es útil para mitigar los efectos negativos de los radicales libres sobre la piel. Estos últimos se asocian a la aparición prematura de signos de la edad, como manchas, arrugas o pérdida de la elasticidad.
Es coadyuvante contra el acné
La aplicación de este producto no curará el acné como por arte de magia. Sin embargo, incluirlo en la rutina de belleza diaria puede contribuir a mejorar el aspecto de la piel y reducir los brotes. ¿La razón? Su contenido de ácido linoleico y compuestos antioxidantes.
Estos, una vez asimilados en la piel, contribuyen a reequilibrar los aceites naturales, en especial si hay un exceso de producción de grasa. De acuerdo con un artículo publicado en Mediators of Inflammation, los bajos niveles de ácido linoleico disminuyen la función de la barrera cutánea e intervienen en la hiperqueratosis folicular, que a su vez está implicada en la formación de comedones.
Actúa como humectante
Bastan unas cuantas gotas de aceite de semilla de frambuesa para disminuir el exceso de sequedad de la piel. Su contenido de ácidos grasos y vitaminas A y E nutren la piel y contribuyen a retener su humedad natural. De hecho, hidrata áreas con sequedad crónica, como las que se forman en los codos, los pies y las rodillas.
Tiene actividad antiinflamatoria
Una investigación publicada en The Journal of Nutrition determinó que el aceite de semilla de frambuesa tiene potencial como antiinflamatorio. Debido a esto, es una buena alternativa para minimizar la sintomatología de trastornos inflamatorios de la piel, como el eccema, la psoriasis y la rosácea.
Su aplicación no solo humecta las áreas resecas, sino que disminuye la irritación, el enrojecimiento y la comezón. Además, dado que contribuye a proteger la barrera cutánea, reduce el riesgo de complicaciones asociadas a estas enfermedades.
Actúa como protector solar
Es importante mencionar que este aceite no reemplaza los protectores convencionales, ya que no ofrece suficiente factor de protección. Aún así, cuando se aplica en conjunto con las cremas solares es útil para disminuir el impacto negativo que provocan los rayos UV.
Los estudios sugieren que este producto actúa como fotoprotector, ya que puede absorber los rayos solares UVB y UVC. No obstante, su protección contra los UVA es limitada. En cualquier caso, se puede emplear de manera complementaria para prevenir arrugas, quemaduras y manchas.
Otros posibles beneficios
Por ahora, las evidencias sobre los efectos del aceite de semilla de frambuesa son limitadas. A pesar de esto, datos anecdóticos le atribuyen otra variedad de beneficios:
- Por su efecto antiinflamatorio y antibacteriano se cree que disminuye la inflamación y el dolor causado por la gingivitis. Con este fin, se emplea con la crema dental o como enjuague natural.
- Aplicado a través de masajes parece disminuir los dolores asociados a problemas articulares. No obstante, faltan evidencias que lo comprueben.
- Es calmante en las quemaduras leves causadas por el sol y en la irritación posterior a la depilación.
Contraindicaciones del aceite de semilla de frambuesa
El uso de aceite de semilla de frambuesa es seguro y beneficioso para la mayoría de las personas. Aún así, se recomienda hacer una pequeña prueba del producto antes de emplearlo en su totalidad. En caso de reacción alérgica, hay que suspenderlo y enjuagar con abundante agua.
Las personas con antecedentes de alergia a la frambuesa deben evitarlo. Su uso en estos casos puede provocar efectos secundarios como los siguientes:
- Picor e irritación
- Inflamación
- Dolor abdominal
- Náuseas y mareos.
Información verificada en blog «Mejor con Salud».
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