Tegucigalpa, Honduras.- Hoy se sabe que existe una tendencia genética a los abortos recurrentes en algunas personas, ya que la ciencia dispone de ciertos medios para diagnosticar estos problemas y abordarlos.
Aunque parezca una contradicción, sí es posible que haya una tendencia genética a los abortos recurrentes. Lo que resulta contradictorio es que la herencia esté involucrada en una gran dificultad para concebir. Sin embargo, todo indica que es así.
Se estima que el problema de los abortos recurrentes afecta, aproximadamente, al 5% de las parejas que intentan concebir. La tendencia genética no siempre es la causa de las pérdidas espontáneas, pero sí es uno de los factores habituales.
Abortos recurrentes y ADN
Se habla de abortos recurrentes cuando se presentan dos o más abortos sucesivos, antes de las 20 semanas de embarazo. En ese punto, el embrión es incapaz de sobrevivir por sí solo fuera del útero.
Los médicos no logran establecer las causas en la mitad de los casos de abortos recurrentes. Sin embargo, los investigadores piensan que la mayoría obedecen a problemas cromosómicos en el óvulo o el espermatozoide, al momento de la concepción.
Durante el primer trimestre, la probabilidad de que ocurran es de un 50%; en el segundo trimestre es de un 10%. La mayoría de los abortos recurrentes que se producen antes de la semana 11 tendrían una causa genética.
La anomalía más frecuente es el exceso de cromosomas. Es lo que se conoce como trisomía y ocurre cuando, en lugar de dos cromosomas, hay tres.
Causas genéticas
Para diagnosticar la presencia de una tendencia genética a los abortos recurrentes, suelen llevarse a cabo dos tipos de pruebas. La primera es un estudio de los cromosomas de ambos miembros de la pareja o cariotipos parentales. La segunda es un análisis de los cromosomas de los restos del aborto o cariotipo embrionario.
Este tipo de pruebas analizan el número y la estructura de los cromosomas para ver si son normales o no. Miran en directo si hay más o menos de dos en cada par, o si les falta un trozo o tienen un trozo de más.
Además, el análisis de los cromosomas de los restos abortivos (cariotipo embrionario) se hace a partir de una muestra del aborto. A veces se hace un análisis de ADN y otras veces se realiza un cultivo celular. La muestra debe ser suficiente y no estar contaminada de células maternas.
En el 50 al 60% de los abortos a repetición a los que se les realiza esta prueba, se encuentran fallas cromosómicas. Lo habitual es que estas se repitan si hay abortos recurrentes.
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Un problema complejo
Es muy importante tomar en cuenta la historia familiar para tener pistas acerca de la presencia de una tendencia genética a los abortos recurrentes. Conviene comentar esto con el médico si una mujer desea quedar encinta y no lo consigue.
Son muchos los casos de abortos recurrentes en los que nunca logra determinarse la causa. De cualquier manera, en la actualidad hay varios tratamientos que permiten corregir el problema o reducir su incidencia.
Fuente: Mejor con salud
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