BOGOTÁ. Estamos hartos de oír el topicazo de que el hombre es infiel por naturaleza y la mujer solo cuando se enamora de otro o no encuentra afecto en casa. La infidelidad, al menos en el siglo XXI, se produce por diversos motivos: puede que una mujer engañe por sexo, por aburrimiento, por desamor –aunque no siempre le salga bien el cambio– o simplemente por un impulso interior de cambio continuo o las esperanza de encontrar a un príncipe azul que solo vive en ‘pitufolandia’. No obstante, el psicoterapeuta de las estrellas, Gary Neuman, cuya labor la debe hacer con personas corrientes y no en un sector como el de la televisión y el cine, donde abundan los divorcios, tiene un consejo que dar a los varones traicionados, o a punto de serlo, y es: “Eh, chicos, ellas os engañan porque no les hacéis ni caso”. No obstante Neuman, con siete libros a sus espaldas y multitud de apariciones televisivas, lleva 28 años casado con la misma mujer. ¿Felizmente? No sabemos.
En un vídeo tutorial sobre cómo y por qué engañan ellas y cómo evitarlo, publicado en ‘Business Insider’, el psicoterapeuta descubre que un 39% de las féminas es adúltera “físicamente”; vamos, que ha cruzado la barrera de las miradas y los suspiros lánguidos y lo ha hecho por “una combinación de insatisfacción sexual y emocional”. Así que, de acuerdo al psicoterapeuta, si tu esposa o novia te engaña, seguramente se debe a los siguientes motivos:
1. No hablas lo suficiente con ella
Según los estudios que Gary Neuman realizó con 400 mujeres, tal como comenta en el vídeo, las parejas que dedican menos de media hora seguida a charlar al final del día, tarde o temprano callarán para siempre (pero seguirán hablando con otros).
2. Díselo con flores (o en un Whatsapp)
Muchas mujeres tienden a la infidelidad, explica, porque no se sienten queridas y valoradas en su propia relación. Es decir, para evitar que otro le caliente la cabeza con mil y un piropos, hemos de obligarnos a regalarle los oídos al menos dos veces al día. “Estos gestos de cariño diario pueden ser una llamada de teléfono, unas flores o un mensaje de texto”, sugiere.
3. No la escuchas
Y aquí entra el factor llamado “amiga-abogada del diablo”, que le dirá que ese hombre (es decir, tú) no está a su altura. “No pienses que no es tu trabajo escucharla. Debes ser empático, ponerte en sus zapatos cuando te cuenta un problema», insiste.
Pero si, muy a pesar de todo esto, el sexo en vuestra pareja va de maravilla, lo cual no suele ocurrir en un matrimonio infeliz, entonces estáis salvados. Porque la carencia de actividad sexual es el motor principal de la infidelidad y las mujeres que suelen practicar sexo menos de cinco veces al mes empezarán a buscar colmarse de caricias y orgasmos en otro lugar. Así, para que tu esposa o novia tenga una sonrisa de oreja a oreja y ojos solo para ti, debe mantener relaciones sexuales (contigo, todo hay que decirlo) al menos diez veces al mes, o lo que es lo mismo, unos tres encuentros semanales. Y que no sea un “aquí te pillo, aquí te mato”, aunque de vez en cuando tampoco esté de más: “La clave no es solo el sexo, sino el romance, y dedicarle tiempo a tu pareja”, aconseja el terapeuta, y añade como colofón beatífico de su discurso que lo más importante es “el tamaño del corazón de un hombre”, aunque a nosotros la frase nos parezca inconclusa…
Sin embargo, otros gurús del matrimonio perfecto aseguran que el adulterio puede ser incluso saludable para la relación. La terapeuta Esther Perel aseguró en una charla de TED que tener una aventura no solo es de lo más común, sino que además es natural que las personas sientan el deseo de innovar y vivir experiencias extra matrimoniales nuevas. Mientras la psicoterapeuta Shannon Sennot afirma que algunas parejas acuden a terapias en donde la infidelidad es un factor central y positivo porque están hartas de que se les estigmatice o se le culpe. Una idea que defiende Tammy Nelson, que señala en ‘The New York Times’ cómo se están cambiando muchas de las normas establecidas respecto a las relaciones de pareja y el sexo. E, incluso, la propia Perel llega a decir que el adulterio puede influir positivamente en una relación, ya que abre la puerta a hablar honesta y profundamente sobre los intereses y pasiones sexuales de los miembros, más allá de los prejuicios iniciales que a veces existen en una pareja.
Indudablemente, si una pareja no comparte charlas y confidencias, no son el faro el uno del otro en tiempos de tormenta y tampoco disfrutan en la cama es bastante probable que la relación vaya a pique, y la valentía emocional para analizar esta agonía y asumir su final es bastante mejor que el engaño, pero hay otras razones para la insatisfacción y la infidelidad, sobre todo, como indicaban los expertos, el no admitir que el ser humano es ‘aventurero’ por naturaleza y la cosa no se reduce a un problema de libertinaje genético..
NOTA TOMADA DE www.elconfidencial.com