SAN PEDRO SULA, CORTÉS. Hoy, domingo 23 de diciembre del 2018 se cumple 14 años desde la masacre ocurrida en Chamelecón, una noche triste en la que 28 personas murieron violentamente.
Masacre en Chamelecón: los fantasma del día más triste del barrio
Un total de 21 adultos y siete niños murieron violentamente tras un ataque perpetrado por desconocidos contra un autobús de la ruta urbana de San Pedro Sula, al norte de Honduras.
En aquella ocasión, uno de los pasajeros supervivientes, que no precisó su nombre por seguridad, dijo que el autobús «iba en marcha cuando de repente fuimos atacados por unos hombres que iban en un carro que se nos cruzó enfrente y comenzaron a disparar». Añadió que «nos dispararon de todos lados; yo salí corriendo y me topé con uno de ellos, pero no le vi la cara. El autobús iba en marcha, iba bien lleno y los delincuentes no dijeron nada, sólo nos atacaron». Según la misma fuente, otra persona le aseguró que los delincuentes después subieron al transporte y remataron a varios pasajeros.
Más tarde se constató que los agresores usaron fusiles automáticos AK-47, que dispararon repetidamente y en forma indiscriminada contra el vehículo.
Además, dejaron un mensaje en la parte frontal del transporte urbano con frases ofensivas contra el presidente de Honduras, Ricardo Maduro. También, para en aquél momento, el titular del Congreso Nacional, Porfirio Lobo, y el ministro de Seguridad, Oscar Álvarez.
Maduro declaró que «mi gobierno no tolerará este tipo de masacres que tienen el objetivo de amenazarnos y retar al pueblo. Estamos reaccionando con fuerza ante las circunstancias». Además, ofreció 50.000 dólares para quien diera información sobre la identidad de los responsables de la matanza.
La justicia tardó cuatro años en llegar
El pasado 13 de marzo de 2008, El Tribunal de Sentencia condenó a 822 años de cárcel a los responsables de la masacre de Chamelecón ocurrida el 23 de diciembre de 2004.
A Juan Carlos Miralda lo condenaron a 822 años de prisión. Mientras que a Darwin Alexis Ramírez a 814 años.
La sentencia fue ilusoria, ya que nadie viviría este tiempo según lo establece
el artículo 35 del Código Penal en su último párrafo donde dice: «La duración de las penas acumuladas por varios delitos no excederán de 30 años de prisión». Lo anterior quiere decir que los condenados sólo pasarán 30 años recluidos en la Penitenciaría Nacional Marco Aurelio Soto, en Támara.
