REDACCIÓN.- Las autoridades judiciales de México condenaron a una persona del sexo masculino a 10 años de prisión por haber envenenado a dos perros.
El hecho fue identificado como Benjamín «N» de 60 años de edad, declarado responsable. Enfrentó un juicio que concluyó el lunes por el delito de crueldad animal.
De acuerdo con las informaciones, eran dos perros adiestrados del equipo de rescates de la Cruz Roja en el estado de Querétaro, los cuales fueron envenenados y murieron en junio del año pasado.
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La jueza Alicia Basurto García, en Querétaro, emitió un fallo de 10 años de prisión, sin derecho a fianza. Así como el pago por reparación de daño equivalente a unos 125 mil dólares, equivalente a cerca de 3 millones de lempiras.
«A decir de la juez, es una pérdida irreparable, incluso para la sociedad internacional, debido a las labores que realizaban Athos y Tango como parte de la Cruz Roja», dijo al diario Reforma la abogada Mónica Huerta, quien lideró la demanda contra el acusado.
Benjamín «N» aún tiene derecho a apelar la decisión, pero por ahora será internado en una prisión del estado. El juicio se celebró entre el 16 al 22 de agosto de este año.
¿Qué les pasó a Athos y Tango?
Athos era un perro de la raza Border Collie, este lo entrenaron para hacer labores de rescate de personas desaparecidas.
Según medios internacionales, logró localizar a siete víctimas del terremoto del 19 de septiembre de 2017 en Ciudad de México. También participó en la búsqueda de sobrevivientes de la erupción de un volcán en Guatemala en 2018.
Por su parte, Tango de la raza Yorkshire, era un perro adiestrado para el apoyo psicológico de niños con trastornos de ansiedad, estrés postraumático y síndrome de Down.
Ambos eran parte del equipo de la Cruz Roja de Querétaro y estaban bajo el cuidado del entrenador Édgar Muñoz, quien los resguardaba en su domicilio de esa ciudad del centro de México.
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¿Cómo murieron los perros?
Según se conoció en el juicio, el pasado 13 de junio de 2021, Benjamín «N» arrojó salchichas envenenadas con alcaloides y organofosforados a la calle en la que solían caminar los perros.
Las autoridades, aseguraron que Athos y Tango fallecieron, mientras que Balam, un hijo de Athos, fue hospitalizado y pudo salvarse.
El hombre ya había amenazado a Muñoz porque le disgustaba la presencia de los perros en la calle que compartían como vecinos.
«El señor salió y dejó las salchichas tiradas y preparadas. Usó una combinación de venenos para asegurar que murieran más rápido», explicó Muñoz.
Según la defensa del Benjamín «N», el entrenador Muñoz no tenía un control adecuado sobre los canes.
Cabe señalar que los defensores de los animales, indicaron que este caso es un precedente importante en México para la persecución del maltrato animal.
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